La semana pasada, MINI organizó una presentación a prensa de toda su gama John Cooper Works. Esta se caracteriza por las altas prestaciones de sus modelos, y supone la reencarnación de las leyendas de la competición Cooper Works.
Las historia de John Cooper Works se remonta a 1946. Charles Cooper y su hijo fundaron la empresa Cooper Car Company, y fabricaron los primeros coches de carreras en un garaje de Surbiton, Reino Unido. Empezaron constuyendo coches monoplaza para Fórmula 3. Tuvieron mucho éxito en la categoría de 500 cc, llegando incluso a ganar el Campeonato Mundial de F1 de pilotos y de Constructores.
Ya como una estrella de la competición, John Cooper quedó fascinado del MINI clásico, y decidió convertirlo en un coche de carreras. Le instalaron un motor más potente, nuevos frenos y una dirección más precisa; en 1961 nacía el primer MINI Cooper. El pequeño deportivo ganó todas las competiciones imaginables, includas sus míticas victorias en el Rally de Montecarlo de 1964, 1965 y 1967.
Hoy, 50 años más tarde de esta última victoria en Montecarlo, la gama actual de MINI John Cooper Works rinde un claro homenaje a sus orígenes, y cuenta con modelos claramente deportivos y prestacionales. Como muestra, un motor; el último en incorporarse, el MINI John Cooper Works Countryman, un coche que monta un motor con turbocompresor de cuatro cilindros con 231 CV y un par de 350 Nm. Gracias a él, pasa de 0 a 100 km/h en 6,5 segundos (0,8 segundos más rápido que el MINI Cooper S Countryman ALL4), y tiene una velocidad máxima de 234 km/h.
MINI quiso mostrar su prestacional gama a los medios de comunicación, y para ello, organizó con la ayuda de SALMORAL dos jornadas en las que los asistentes pudieron probar los modelos en un tramo de rally cortado al tráfico, así como rodearse del pasado, presente y futuro de MINI John Cooper Works gracias a un garaje muy especial, plagado de auténticas joyas de la historia de MINI.
Un evento exitoso, que permitió estudiar y conocer de cerca la esencia racing de MINI John Cooper Works... ¡Gas!
Fotos: Javier Gómez